Comienza en 1715, cuando los piratas establecieron una república sin ley en el Caribe y dominaron la tierra y el mar. Estos forajidos paralizaban navíos, interrumpían el comercio internacional y saqueaban vastas fortunas. Pusieron en peligro las estructuras de poder que gobernaban Europa, desataron la imaginación de millones de personas y dejaron un legado que aún perdura.